El Mirador de El Julan abre a embriagantes panorámicas sobre la ladera, donde podemos apreciar su vertiginosa pendiente, que avanza en busca del acantilado que besa el Mar de Las Calmas. Observamos barrancos incipientes y vegetación escasa, en una ladera de suelos jóvenes con el campo de volcanes de La Restinga cerrándonos la vista.
Está constituida por apilamientos de materiales volcánicos de edad intermedia. Los centros eruptivos desempeñaron una importante actividad mixta durante el segundo intervalo de esta serie, de tal forma que los productos emitidos recubren superficialmente toda la ladera, sepultando el relieve primitivo que en algunos puntos aflora a modo de islotes, e imprimiendo una morfología particular al conjunto.