La ermita encomendada la Virgen de la Caridad protege el camino real de Jinama. El pequeño oratorio data de 1924 y fue construida con aportaciones de habitantes de San Andrés e Isora, así como de emigrantes a Cuba. La Virgen procede de la Iglesia de San Andrés y se trajo tras la construcción de la Ermita. Anteriormente, en la ermita tan sólo había un cuadro y una hucha para recoger limosnas.